sábado, 2 de marzo de 2019

3 de marzo de 2017 a las 13:41 ·

Buena percepción de la maldad y su provecho. Acabar el trapo en el descuido de la responsabilidad y su vigilia. Con desmesuradas ganas de estrellarme en tus paredes vaginales y bucales como si fuese pinball de windows xp. Gana la oscuridad por default.La vida se trata de escuchar al Baker y botar humo entre narices y botellas rotas, piernas abiertas e inalienables pensamientos. Te compro ese drama sólo si seré tu mártir los martes por la noche luego de los cielos frente al indiferente mar. Luego de follarte las inseguridades y acariciarte como a un boceto real de Da Vinci el despotismo de esos ojos tuyos. En el punto muerto de sus ojos, donde me encuentro mas, molestia en buscarme, no han de tomar si esperpénticas mofas no quieres encontrar. Miro momentos felices con recelo. Y vivo pensando en vino. Encierro un ademán cariñoso en desdeño.Y sigo pensando en vino.Que ricura lo lúgubre de éste padecimiento mío. Hace tiempito ya que no uso unas ojeras para escribir. Yace el ensimismo en el filtro de un cigarrillo o el fondo de un licor cualquiera. Honorífico el horror que se hace al ver mares en los espejos que mis ojos reflejan. Ningún otro estropajo era tan feo en proporción.

viernes, 1 de marzo de 2019

anal con arena en el prepucio, crudo

Quizá el problema, virtud o como se le quiera llamar, sea siquiera considerar el hecho de tener como depósito de secretos emociones y confidencias a un ser ajeno a ti mismo, las personas son temporales, y desde luego que, para mis 'loved ones' habrá energía en cada interacción, pero hay cosas que debe uno, guardar como en una bóveda, por más que quieras esparcir ese conocimiento que haría muy bien a todos, con su mal uso, sería una catástrofe mayor a la que ya es, el idioma es una guerra sin esperanza, he llegado a descifrar verdades insólitas en miradas, desenfundar morbo y odio al mismo tiempo en gestos, semblantes de tristeza y todo se traduce a lo mismo, un fin, la muerte, el cementerio, el eterno ciclo interminable de ver como expira la vida de algunas cosas con el pasar de paradójico tiempo, mientras las ciudades, montañas y mares, han presenciado atrocidades con una carga poética enorme y minusválida bondad confundida con beldad para los oprimidos románticos del caos.


Un saludo desde el deterioro, que siga la fiesta.